Encontrar la forma de multiplicar el dinero, o bien, de hacerlo productivo cuando no se planea utilizarlo por un largo tiempo, son dos de las principales razones que incitan a las personas a buscar una manera de invertir.
Sin embargo, la seguridad es un criterio de máxima importancia a la hora de invertir, puesto que siempre existe la posibilidad de perder lo invertido en medio del interés por conseguir una ganancia.
En ese sentido, ejecutar inversiones requiere un grado de seguridad para que puedan materializarse los motivos que te impulsaron a invertir, y más todavía cuando ese objetivo se encuentra en un lapso de tiempo cercano.
Así las cosas, el tiempo también juega un papel importante a la hora de hablar de inversiones, pues condiciona en buena forma la inversión, sea en su margen de maniobra, ganancias potenciales y tiempo de acción.
En el mundo de la economía existe una serie de alternativas amoldadas de acuerdo con el perfil del inversionista. Si lo que se desea es una inversión cuya finalidad sea minimizar los riesgos, entonces puedes considerar las siguientes alternativas:
Certificados de depósito a término (CDT): ofrecen una rentabilidad fija conocida de antemano. Generalmente se establecen en un plazo determinado.
Inversiones en renta fija: se centran en la preservación del capital y los ingresos. Ofrecen una renta un poco más baja que las acciones, pero también manejan menos riesgo.
Inversiones en renta variable: se refiere a las acciones de las empresas, las cuales se adquieren en mercados especializados. Sus títulos se cotizan y cuentan con una volatilidad superior a la renta fija, pero puede brindar rentabilidades superiores.
Inversiones en productos derivados: son instrumentos financieros cuyo valor deriva de cómo sea el desarrollo de los precios de otro activo, que se define como ‘activo subyacente’.
Fondos de inversión colectiva (FIC): son diseñados para pequeños inversionistas. Permiten, a través de una fiduciaria o corredores de bolsa, el acceso a activos de los mercados financieros.